En el complejo contexto económico actual de Cuba, caracterizado por la incertidumbre, las restricciones constantes y los cambios abruptos en todos los ámbitos, la resiliencia se ha convertido en una capacidad esencial. No solo para las empresas, sino para todos los actores que forman parte del ecosistema económico del país.
Un nuevo escenario empresarial
Desde 2021, el panorama cubano cambió con la incorporación de un nuevo actor económico: las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). En apenas cuatro años, se han creado más de 11 000 mipymes, lo que coloca a Cuba entre los países de la región con mayor cantidad de emprendimientos registrados.
Este fenómeno ha impulsado una migración laboral del sector estatal al privado, generando nuevas dinámicas económicas, sociales y culturales. Sin embargo, el crecimiento no ha estado exento de retos. En este corto período, el sector privado ha tenido que adaptarse a más de 600 resoluciones, leyes y regulaciones, que impactan directamente la gestión, la fiscalidad y la planificación estratégica de los negocios.
Desafíos del emprendimiento cubano
A los marcos regulatorios se suma un entorno económico complejo, aún marcado por los efectos de la pandemia, la crisis global y las limitaciones propias del contexto nacional. Los emprendedores enfrentan a diario una serie de desafíos que afectan su sostenibilidad.
Entre los principales, destacan:
- Escasez de insumos y materias primas.
- Dificultad para acceder al financiamiento.
- Altos impuestos y regulaciones cambiantes que desestabilizan la planificación financiera.
- Limitaciones tecnológicas y altos costos de conectividad, que afectan especialmente a quienes dependen del comercio electrónico.
A estos factores se suman las dificultades cotidianas: apagones, problemas con el suministro de agua o gas, y un sinfín de imprevistos que hacen del emprendimiento en Cuba una verdadera tarea titánica.
La resiliencia como clave de supervivencia
En este contexto, la resiliencia empresarial se vuelve un recurso indispensable. Implica la capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios, mantener operaciones estables y, sobre todo, innovar.
Ser resiliente significa:
- Reinventar modelos de negocio que respondan tanto a las necesidades locales como a las oportunidades del mercado internacional.
- Diversificar fuentes de ingreso para reducir riesgos y aprovechar nuevas oportunidades.
- Potenciar habilidades personales y profesionales que fortalezcan al emprendedor y al equipo detrás de cada empresa.
En palabras simples, la resiliencia no se trata solo de resistir, sino de evolucionar y prosperar a partir de la adversidad.
Estrategias que fortalecen la resiliencia
A lo largo de estos años, los emprendedores cubanos han demostrado una enorme capacidad para adaptarse. Entre las estrategias más efectivas para sobrevivir y crecer en tiempos de incertidumbre destacan:
1. Construir una red de proveedores sólida
Diversificar los proveedores y establecer contactos alternativos garantiza la disponibilidad de insumos esenciales y reduce la dependencia de un solo actor.
2. Implementar modelos híbridos de negocio
Combinar la venta física con la digital se ha convertido en una práctica común. Tiendas, cafeterías y servicios utilizan catálogos en Instagram, Telegram o WhatsApp, aceptando pagos nacionales e internacionales. Este modelo amplía el alcance y mejora la sostenibilidad.
3. Desarrollar ofertas “a prueba de apagones”
Adaptar los servicios o productos a las condiciones del entorno —por ejemplo, menús más simples en días de cortes eléctricos— permite mantener la operatividad incluso en momentos críticos.
4. Crear alianzas estratégicas
La simbiosis empresarial entre negocios privados fortalece los ecosistemas locales. Ejemplos como la colaboración entre cafeterías y panaderías, o entre diseñadores y desarrolladores de software, demuestran el poder de la cooperación.
5. Gestionar eficientemente los inventarios
Contar con un stock de seguridad para insumos críticos y evitar la inmovilización de capital es clave. Herramientas digitales como Odoo o Inventree ayudan a controlar existencias, gestionar proveedores y optimizar recursos.
6. Apostar por la logística antifrágil
Tener múltiples opciones de transporte, rutas y proveedores permite responder con rapidez ante imprevistos como la falta de combustible o interrupciones en la cadena de suministro.
Estrategias para sobrevivir en tiempos de incertidumbre
A partir de la experiencia de numerosos emprendedores, se pueden destacar cinco estrategias esenciales para la continuidad del negocio en Cuba:
Estrategia Mochila: ser ligero y móvil. Poder operar desde distintas locaciones, adaptándose con flexibilidad a cada situación.
Red de colegas de confianza: crear lazos con otros emprendedores para compartir información y apoyo en momentos difíciles.
Monitoreo constante del marco legal: mantenerse actualizado frente a los cambios normativos que afectan directamente la gestión del negocio.
Economía local y de proximidad: priorizar el abastecimiento cercano para reducir la dependencia de las importaciones.
Plan B, C, D… y Z: diseñar planes de contingencia para distintos escenarios, anticipando posibles crisis o interrupciones.
Conclusión: resistir, adaptarse y avanzar
Emprender en Cuba no es tarea sencilla. Pero, a pesar de las dificultades, los emprendedores cubanos han demostrado una capacidad extraordinaria para resistir, innovar y reinventarse.
La resiliencia empresarial no es una moda ni un concepto teórico: es una necesidad vital. Es el motor que impulsa a quienes, día a día, sostienen sus negocios, buscan soluciones y apuestan por el futuro.
Porque en la Cuba de hoy, ser resiliente no solo es la manera de sobrevivir, sino también la única forma de prosperar.