¿Cómo es posible que marcas tan antiguas como Coca Cola y otras relativamente nuevas como Google sean así de conocidas y gocen de tal aceptación entre el público a nivel mundial? Pues este es el resultado, además de la excelencia de sus productos y servicios, de la gestión que cada una hace de su imagen corporativa.
Si este tema te intriga o te apasiona como a mí, pues sigue leyendo, porque con este artículo aprenderás en qué consiste la imagen corporativa, qué elementos incluye, cuál es su importancia y cómo gestionarla correctamente. ¡Comencemos!
La imagen corporativa es el cúmulo de creencias y actitudes que tienen los consumidores y el público en general sobre una marca, negocio, empresa, etc.Es decir, es la percepción que se han formado a partir de los productos, servicios y comunicación de una empresa. En pocas palabras: la imagen corporativa es el significado que adquiere una empresa ante la sociedad. Incluye las ideas, sensaciones, juicios y prejuicios que se tienen de una organización. ¿Qué tanto se identifican o no con el slogan, qué emociones les genera el logotipo (positivas o negativas), qué sensaciones les producen los colores corporativos?
El vínculo que se establece entre una marca y el público se forma según lo que este último conoce, a fondo o no, de la empresa, así como sus experiencias personales. En resumen, es esa opinión (positiva o negativa) que se crea a partir de la manera en que la empresa comunica lo que es, lo que hace y cómo lo hace. En pocas palabras: la imagen corporativa de una empresa no está en la empresa en sí, sino en la mente del público que interactúa con ella.
Cuando se trata de comunicación empresarial, dos conceptos suelen robarse el show: imagen e identidad corporativa. ¿Por qué razón? Porque son asuntos claves para construir una comunicación empresarial exitosa.Se trata de dos temas que poseen una estrecha relación entre sí e incluso seutilizan indistintamente, cuando lo cierto es que no se refieren a lo mismo. Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre imagen e identidad corporativa?
La identidad corporativa es el conjunto de rasgos y características que hacen a una empresa diferenciarse de otra, es la suma de la identidad verbal y la identidad visual. Se construye mediante elementos comunicacionales tangibles (identidad visual): logotipos, slogans, colores, tipografías, etc. Pero también intangibles (filosofía y cultura corporativa): misión, visión, valores, normas, así como el tono y el estilo en que estos son expresados. Es decir, la esencia del negocio.
Entre la identidad y la imagen debe existir una relación causa-efecto, donde la causa es la identidad que posee la organización. Como resultado se forman las percepciones de dicha identidad que se convierten en la imagen de la organización. El nexo de estos elementos es la comunicación. La cuestión radica entonces en orientar o guiar la percepción del público para que la imagen que este se forma por sí mismo guarde relación con la identidad de la organización.
Como ya expliqué, la construcción de la imagen tiene lugar a partir del proceso de recepción por parte de los públicos. Por ello se debe tener mucha cautela en la transmisión del discurso institucional y velar porque este sea integrador y coherente con cada uno de los atributos y rasgos identitarios de la organización. Esto brindará la oportunidad de potenciar un carácter positivo en la imagen que se crearán los receptores, tributando al desarrollo de relaciones favorables entre estos últimos y la empresa.
Existen tres dimensiones de la imagen corporativa en dependencia de los públicos a los que se dirige la comunicación y de su propósito. Estas son:
1.Autoimagen o imagen interna
Se refiere a la forma en que los públicos internos ven a su organización o empresa. Se construye a partir de la percepción que ésta tiene de sí misma. La autoimagen incluye cómo aceptan y comprenden los trabajadores los valores, el clima organizacional, la seguridad que les brinda la empresa, los niveles de satisfacción, la eficacia de la gestión de la comunicación interna, las expectativas y las motivaciones.
Este es, sin dudas, el primer paso de la gestión de la imagen corporativa, ya que una organización no puede definir cómo quiere ser percibida (imagen intencional), ni hacer una evaluación de su imagen pública, si no conoce la opinión que proviene de sus integrantes.
2.Imagen intencional o imagen deseada
Es aquella que la empresa quiere alcanzar en la mente de sus públicos. Se forma a partir de los deseos de lograr una determinada imagen en los mismos, partiendo de los intereses de la institución. Estas proyecciones se materializan en las estrategias o políticas trazadas por la entidad y puestas en práctica mediante las acciones de comunicación que desarrolle, con el fin de posicionarse en la mente de sus receptores.
Surge idealmente a partir de elementos como la Misión y Visión. Otro componente de la imagen intencional es el Manual de Identidad Visual, donde se recogen los elementos visuales que representan a la organización y sus aplicaciones de la manera más específica posible. La Política de Comunicación se convierte en un medio para definir los componentes de la identidad que se desean potenciar.
La imagen que gestione la organización debe ser fiel a su contexto y a su identidad porque es nula la probabilidad de ser concebidos y aceptados mediante la promoción de atributos inexistentes e inconexos con la realidad
3.Imagen pública
Representa la percepción que el entorno tiene de la empresa. Dentro del entorno se incluye a los medios de comunicación por el rol que estos desempeñan en la sociedad actual. La imagen pública de una institución no es una cosa física o un producto. Es un fenómeno mental. La conformación de la imagen pública no depende solamente de la intencionalidad de la institución, existen muchos otros factores como los gustos, las opiniones y los prejuicios del público. Todas las acciones que realiza una empresa, así como las interacciones con su público externo van creando en este una imagen determinada. Las acciones comunicativas involuntarias o no planificadas, así como el comportamiento de la institución, influyen en esta dimensión.
El público interno tiene una importancia vital, aporta todo el personal de contacto; que en su relación con los públicos externos puede complementar positivamente o bien arruinar lo que se ha planificado y realizado en función de conseguir una imagen positiva. A continuación, algunos puntos que demuestran la importancia de que tu empresa, negocio, marca, etc. cuente con una buena imagen corporativa.
1. Genera afinidad con la marca
2. Promueve la identificación de productos y servicios
3. Aumenta el valor de la marca
4. Fortalece la marca en los afectos del cliente
5. Ayuda a crear alianzas
6. Brinda credibilidad
Como ya habrás notado, la imagen corporativa no es cosa que se puede tomar a la ligera. Así que detrás de ella debe haber un equipo entregado a construirla, promoverla y mantenerla. ¿Quiénes conforman esta fuerza tan importante? En realidad, es trabajo de todas las personas que pertenecen a una empresa, desde el colaborador temporal hasta quien se encarga de la dirección. Cualquiera de ellos puede ser el responsable de mejorar la reputación de la empresa por el simple hecho de dar una buena atención a un cliente.
Aun así, podemos identificar algunos jugadores clave:
• Marketing, porque en los mensajes que comparte con las audiencias debe incluir aquello que es intrínseco a las creencias y actitudes de la empresa. Eso incluye también la elección de los canales de comunicación, las alianzas que hace con otros personajes del medio y la solución que da a los problemas de sus consumidores.
• Atención al cliente, porque es la voz de la organización y, en muchas ocasiones, el primer y principal contacto con sus consumidores.
• Relaciones públicas, porque se encarga de comunicar en diferentes medios lo que la empresa hace (iniciativas propias o en colaboración con otras) para innovar, retribuir, mejorar e involucrarse en actividades que están relacionadas con su negocio y también con la sociedad en la que se desarrolla.
• Recursos humanos, porque para tener una imagen corporativa sólida debe promoverse en todas las personas que trabajan en la empresa, y la cultura laboral es un reflejo más de esta reputación confirmada por quienes la ven desde dentro. De esa forma se garantiza una coherencia valiosa.
• Dirección, porque es desde donde se muestra a las partes interesadas que los esfuerzos que se llevan a cabo en todas las áreas van encaminadas a mantener una imagen corporativa positiva gracias a las prácticas establecidas.
Bien, ahora que ya está claro qué es la imagen corporativa de una empresa, llegó el momento de poner en práctica toda la teoría. Lo primero es tener en cuenta que, al tratarse de una percepción, solo podemos influir en ese proceso realizando grandes esfuerzos de comunicación.
Estos son algunos consejos para lograrlo:
• La comunicación debe ser coherente con tu marca: si quieres una imagen corporativa sin fisuras ni incongruencias, toda tu comunicación debe ir en la misma línea. La incongruencia es el gran error que cometen muchas empresas. Y eso puede destruir tu imagen corporativa.
• Supera las expectativas de tus clientes: la gente quiere ser sorprendida en cada transacción. Así que piensa en las cosas que puedes hacer en tu web, en tus redes sociales, en tus procesos de compra o en la usabilidad de tu tienda online para que las interacciones sigan superando las expectativas. Céntrate en los detalles, ya que ahí es donde se producen las sorpresas. Tal vez con añadir una frase de agradecimiento, por ejemplo, es suficiente para que el cliente se enamore de ti.
• Dirígete al segmento de mercado correcto: tu imagen corporativa debe adaptarse al tipo de cliente al que te diriges. Por ese motivo, debes segmentar el mercado correctamente y adaptar tus mensajes a la personalidad de ese tipo de personas con características comunes.
• Diferénciate de la competencia: no traigas a la mesa más de lo mismo. Los valores, los principios y el concepto de tu marca debe ser único, al igual que su imagen.
Ya sabemos cuáles son los factores principales que intervienen en la creación de una imagen corporativa. Ahora vamos a ver en qué elementos de marketing puedes intervenir para diseñar una imagen de marca robusta y consistente:
• Naming: el nombre de tu empresa puede generar emociones en tu audiencia. Trata siempre de que sean emociones positivas.
• Logotipo: el logotipo también crea emociones inconscientes en la mente de tus clientes. Por eso, un buen diseño de logotipo puede impactar determinantemente en la percepción que esos clientes tienen acerca de una marca. Y eso es lo que hace que tu imagen corporativa funcione o no.
• Slogan: el slogan es la frase o lema que comunica tu propuesta de valor y que va a ser el buque insignia de tu comunicación en todo tipo de formatos. Si no lo defines bien, tu imagen corporativa puede hundirse. Así que esmérate en redactar uno potente y efectivo.
• Gama de colores: tu paleta de colores también puede producir diferentes emociones en tu clientela. Para que tu imagen corporativa no se resienta, estudia bien el significado de los colores y elige las combinaciones de colores y tonos que más se ajusten a los valores de tu marca.
• Web: tu tienda online, sitio web o redes sociales también deben ser consistentes con el resto de los elementos que forman parte de tu identidad corporativa. De no hacerlo bien, corres el peligro de que la gente detecte las inconsistencias y pierda esa percepción positiva que debes generar en los consumidores.
Ahora sí, ya no tienes más excusas, aprovecha todo este contenido valioso y comienza hoy mismo a trabajar por conseguir una imagen positiva.