Cada vez más, ser responsable socialmente se convierte en una obligación para las grandes, medianas y pequeñas empresas. Los clientes no solo buscan calidad, comodidad y precios económicos, los clientes buscan empresas que se comprometan con sus clientes, trabajadores, el medio ambiente y su comunidad.
Es en este contexto en el cual que se desarrollan los emprendimientos actualmente y Cuba no está ajena a esta realidad.
La responsabilidad social empresarial (RSE) es la obligación que le corresponde a toda organización con fines de lucro respecto al mejoramiento económico, social y cultural de la comunidad que la rodea, incluyendo, por supuesto, a sus colaboradores internos. No se trata del simple cumplimiento de las leyes y las disposiciones jurídicas, sino del conjunto de acciones dirigidas a retribuir a la comunidad una parte de las riquezas que, gracias a ella, genera.
Una empresa puede apoyar el desarrollo cultural, educativo, ambiental, deportivo… de una comunidad; el objetivo es que la propia existencia de la empresa no solo beneficie a sus dueños, sino a la sociedad en general. Cada empresa, por pequeña que sea puede desarrollar acciones de RSE, puesto que en estas acciones no siempre es necesario invertir grandes sumas. Cada pequeña acción en beneficio de los trabajadores, los clientes o la comunidad cuentan.
Algunas acciones en materia de RSE que pueden hacer los pequeños negocios son:
- Adoptar un código de ética empresarial que defina la conducta de los empleados en temas como la ética, los valores, el medio ambiente, la diversidad, el respeto de los empleados y el servicio al cliente.
- Desarrollar prácticas que permitan al negocio cumplir con su compromiso con el medio ambiente: puede ser el reciclaje, introducir prácticas de economía circular, etc.
- Donar productos, dinero y aunar esfuerzos en causas que sean significativas para su giro de negocio.
- Evitar la publicidad engañosa, algunos clientes se han quejado de que ciertas marcas muestran productos en sus promociones que no se corresponden con lo que realmente ofrecen. Es mejor sorprender que decepcionar.
Los pequeños emprendimientos cubanos no se han quedado atrás en materia de responsabilidad social empresarial. En el artículo de hoy presentaremos el caso de Sovi Juguetes, una empresa que diseña y produce juguetes didácticos y educativos, juegos y accesorios para niños. Los artículos que ofertan, generan diferentes beneficios en los pequeños de casa, tales como: lenguaje descriptivo, aprendizaje, imaginación, socialización, coordinación, creatividad, concentración, razonamiento y habilidades manuales.
Durante las últimas semanas del año 2022, el equipo de Sovi Juguetes decidió esparcir un poco de alegría entre los más pequeños a través de la donación de sets juguetes de su propia producción.
Tomado de Sovi Juguetes
Los niños beneficiados con esta bella acción pertenecen a los municipios de Diez de Octubre y Guanabacoa, específicamente a la casa de niños sin amparo familiar de Guanabacoa, los círculos infantiles « Pequeñines de la Villa » y « Los Capullitos », el Centro especializado de servicios de la educación (CESE) « Seguidores de Camilo » y el ministerio bíblico de la Iglesia Presbiteriana.
El modelo de negocio de Sovi Juguetes favorece el reúso de materiales residuales utilizados en otros procesos productivos, aplicando así la economía circular y pensando siempre en el cuidado del entorno. Por otra parte, brinda empleo a personas de la tercera edad sin jubilación que ponen en práctica toda su sabiduría y cariño en función del trabajo para niñas y niños pequeños. El emprendimiento apuesta por el trabajo en colectivo, integrándose con otros emprendedores y empresas para cerrar ciclos productivos.
Tomado de Sovi Juguetes
Sovi Juguetes es un claro ejemplo de que sí es posible apostar por la responsabilidad social empresarial desde Cuba y para Cuba.