La inteligencia emocional: una nueva forma de ser exitoso

07/10/2022

MSc. Jeniffer Medina García

En la actualidad no solo se nos juzga por lo más o menos inteligente (vista en términos de CI) que podamos ser, ni por nuestra formación o experiencia, sino también por el modo en que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás. Las competencias necesarias para el éxito incluyen actualmente, no sólo las relacionadas con conocimientos teórico-prácticos de la profesión sino también, aquellas con un contenido emocional y social. La vida organizacional se encuentra cargada de emociones fuertes, pero tradicionalmente, se ha considerado el lugar de trabajo como un ambiente racional, donde las emociones interfieren con la capacidad de raciocinio y toma de decisiones. Ahora, los resultados de múltipes investigaciones han logrado el reconocimiento, por parte de los líderes industriales, de la importancia de la relación entre las emociones y los resultados laborales, y se ha empezado a ubicar lo emocional como un componente integrado a la vida laboral. La capacidad emocional de los individuos está ganando un mayor crédito en la toma de decisiones, la negociación, la solución de problemas y la adaptación a cambios organizacionales.

En el mundo está emergiendo un nuevo criterio de éxito relacionado con la capacidad que tenemos de reconocer, regular y movilizar nuestras emociones y la de los demás, a lo que desde diferentes posiciones teóricas se ha denominado Inteligencia emocional.  De acuerdo con Daniel Goleman, psicólogo y periodista norteamericano la Inteligencia emocional se define como “la capacidad de reconocer nuestros sentimientos, los sentimientos de los demás, motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos con nosotros mismos y con los otros”.

 En el ámbito laboral este concepto ha tomado mucha fuerza dado el impacto positivo que tiene para las empresas contar con personas emocionalmente inteligente. Igualmente especialistas de todo el mundo lo consideran como una herramienta muy útil para el desarrollo de capacidades de liderazgo, así como para el logro de relaciones interpersonales más efectivas. Que los trabajadores cuenten con una alta IE permite en las empresas:

  • Manejar adecuada­mente las presiones, el estrés y las relaciones difíciles en el trabajo.
  • Resolver eficazmente situaciones de tensión o difíciles entre compañeros
  • Mejorar la relación con los clientes
  • Aceptar de manera asertivalas críticas de los superiores
  • Perseverar en la tarea hasta completarla
  • Enfrentar los retos por más difíciles que parezcan
  • Aumento de la motivación y la productividad
  • Creatividad e iniciativa
  • Trabajo en equipo
  • Aumento de la satisfacción laboral
  • Cima laboral favorable

 

La inteligencia emocional abarca cinco esferas o dimensiones y sobre la base de estas dimensiones, se desarrollan un conjunto de capacidades que marcan el desempeño exitoso tanto en la esfera laboral, escolar, familiar o en la solución de tareas de la vida personal y social. Existen tres primeras dimensiones que actúan en el área intrapersonal y constituyen una mirada hacia dentro del propio individuo; permiten un mayor conocimiento y mejor manejo de las fortalezas y debilidades emocionales: Autoconocimiento, Autocontrol y Automotivación; y otras dos que actúan en el área interpersonal, las que proyectan una mirada hacia fuera y se refieren al individuo en relación con los otros: Empatía y el Manejo de relaciones.

Dimensiones de la Inteligencia Emocional:

Autoconocimiento: es la capacidad de tener conciencia de las propias emociones. Reconocer las emociones en el momento en que transcurren, sus causas y sus efectos; conocer las propias fortalezas y debilidades a partir de una autovaloración realista y de tener confianza en uno mismo.

Las personas con esta capacidad se caracterizan por:

  • Comprender los vínculos existentes entre sus sentimientos, sus pensamientos, sus palabras y sus acciones
  • Conocer el modo en que sus sentimientos influyen sobre su rendimiento
  • Ser conscientes de sus puntos fuertes y débiles
  • Reflexionar y ser capaces de aprender de la experiencia
  • Expresar sus puntos de vista aun cuando no cuenten con el apoyo de los demás
  • Ser emprendedores y capaces de asumir decisiones importantes a pesar de la incertidumbre y las presiones

 

Autocontrol: capacidad de controlar los estados, impulsos y recursos internos. Reorientar las emociones y los impulsos conflictivos, lo cual permite afrontar cambios y situaciones de tensión, ofreciendo confiabilidad.

Las personas con esta capacidad se caracterizan por:

  • Gobernar adecuadamente sus sentimientos impulsivos y sus emociones conflictivas.
  • Permanecer equilibrados, positivos e imperturbables aún en los momentos más críticos.
  • Pensar con claridad y permanecer concentrados a pesar de las presiones.
  • Manejar adecuadamente las múltiples demandas, reorganizar prontamente las prioridades y adaptarse rápidamente a los cambios.
  • Adaptar sus respuestas y tácticas a las circunstancias cambiantes.

Automotivación: es la capacidad de ordenar las emociones al servicio de un objetivo. Es motivarse por el logro o satisfacción de un determinado criterio de excelencia, comprometerse con los objetivos de un grupo o institución, aprovechar oportunidades que permitan alcanzar las metas personales y superar contratiempos con perseverancia y optimismo.

Las personas con esta capacidad se caracterizan por:

  • Estar orientadas hacia los resultados y poseen una motivación muy fuerte para cumplir sus objetivos y sus exigencias. Insisten en conseguir sus objetivos a pesar de los obstáculos y contratiempos que se presenten.
  • No vacilar en afrontar objetivos desafiantes y en asumir riesgos calculados.
  • Recabar información necesaria para reducir la incertidumbre y descubrir formas más adecuadas de llevar a cabo las tareas en las que se hallan implicados.
  • Operar más desde la expectativa del éxito que desde que el miedo al fracaso.
  • Considerar que los contratiempos se deben más a circunstancias controlables que a fallos personales

 

Empatía: es la capacidad de concientizar los sentimientos, necesidades y preocupaciones ajenas. Es ser sensible a los sentimientos de otras personas, ponerse en el lugar del otro y aprovechar y adaptarse a la diversidad existente entre las personas. La empatía se construye sobre la conciencia de uno mismo.

Las personas con esta capacidad se caracterizan por:

  • Ser sensibles y comprender los puntos de vista de los demás.
  • Ayudar a los demás basándose en la comprensión de sus necesidades y sentimientos
  • Comprender las necesidades de sus clientes y tratan de satisfacer con sus productos o servicios.
  • Buscar la manera de aumentar la satisfacción y fidelidad de sus clientes.
  • Brindar desinteresadamente ayuda necesaria.
  • Asumir el punto de vista del cliente, asesorándolo de forma confiable

 

Manejo de relaciones: es la capacidad para inducir respuestas deseables en los otros, persuadir, inspirar y dirigir a un grupo de personas; iniciar o dirigir los cambios, negociar y resolver conflictos, ser capaz de colaborar con los demás en la consecución de una meta común y formar equipo.

  • Ser muy persuasivas
  • Recurrir a presentaciones muy precisas para captar la atención de su auditorio
  • Escuchar bien, buscan la comprensión mutua y no tienen problemas en compartir la información de la cual disponen
  • Desarrollar la comunicación sincera y permanecen abiertos tanto a las buenas como a las malas noticias
  • Manejar a las personas difíciles y las situaciones tensas con diplomacia y tacto
  • Reconocer los posibles conflictos, sacan a la luz los desacuerdos y fomentan la desescalada de la tensión
  • Buscar el modo de llegar a soluciones que satisfagan plenamente a todos los implicados
  • Cuando resulta necesario saben tomar decisiones independientemente de su posición
  • Ser capaces de guiar el desempeño de los demás.
  • Liderar con el ejemplo
  • Reconocer la necesidad de cambiar y eliminar barreras
  • Promover el cambio y consiguen que otros hagan lo mismo
  • Desarrollar un clima de amistad y cooperación
  • Buscar y alentar las oportunidades de colaboración
  • Estimular cualidades grupales como el respeto, la disponibilidad y la cooperación

 

Todas las personas tienen un perfil de puntos fuertes y débiles. En cada persona se da una combinación particular de estas capacidades y cada actividad requiere de una asociación peculiar. El desempeño exitoso en determinado campo sólo requiere ser fuertes en cierto número de estas capacidades en cada dimensión a lo que se ha llamado “masa crítica”.  Dicha masa crítica es posible de ser desarrollada, es decir las capacidades emocionales son susceptibles a ser educadas. Se trata entonces de prestar atención y desarrollar estas capacidades que nos pueden llevar a resultados exitosos.  

La existencia de individuos emocionalmente inteligente no conlleva a que el grupo o la organización lo sea. Una organización con muchos individuos emocionalmente inteligentes puede ser una organización deficitaria emocionalmente si esos individuos utilizan sus competencias emocionales sólo en provecho propio,   dando lugar a un clima organizacional caracterizado por la desconfianza o alienación. Por lo tanto la existencia de organizaciones emocionalmente inteligentes, requiere de la existencia de individuos con esas capacidades, pero de un clima organizacional que favorezca el desarrollo de esas capacidades a nivel grupal y el intercambio constructivo entre sus miembros.

El equipo emocionalmente inteligente

Los estudios sobre la IE  de los grupos sugieren que  los grupos emocionalmente inteligentes muestran altos  niveles de desempeño, son conscientes de las emociones de sus miembros y aceptan regularlas, se confrontan entre sí cuando infringen las normas de funcionamiento del grupo, procuran constantemente feedback que les permitan tener “autoconciencia”;  tienen consciencia de las necesidades y preocupaciones de las personas ajenas  al grupo  que usan para desarrollar relaciones con esos individuos y grupos

Algunas competencias que caracterizan a estos grupos son:

  • Empatía interpersonal
  • Cooperación y unificación de esfuerzos
  • Comunicación abierta
  • Motivación de logro
  • Autoconciencia de fortalezas y debilidades
  • Estimulación de la iniciativa
  • Confianza en el equipo
  • Flexibilidad al afrontar las tareas
  • Conciencia de la organización
  • Vínculos con otros equipos

 

El líder emocionalmente inteligente

En relación con el liderazgo se apunta que los líderes emocionalmente más inteligentes resultan más eficaces en la consecución de los objetivos del grupo u organización y en el logro de la satisfacción y realización personal de los seguidores; no todas las situaciones de liderazgo requieren de las mismas competencias emocionales. La característica esencial del líder emocionalmente inteligente o líder resonante, es su capacidad para crear un   clima emocional que movilice lo mejor de los demás

Y en dependencia de la situación:

  • Esboza objetivo común que resulta movilizador.
  • Establece puentes entre los objetivos de los trabajadores y las metas de la organización.
  • Establece un clima de relación armónica.
  • Tiene en cuenta los valores personales y estimula el compromiso mediante la participación.
  • Establece objetivos desafiantes y estimulantes.
  • Elimina el temor proporcionando una dirección clara en situaciones críticas.

Es importante resaltar que estas capacidades son aprendidas, por lo tanto susceptibles de ser desarrolladas y originar un desempeño laboral sobresaliente. Pero la manifestación o desarrollo de las mismas necesita además de la inteligencia emocional de base, un conjunto de otras condiciones como son un ambiente laboral adecuado, o el interés personal o grupal, por desarrollar eficazmente una tarea.

 

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