La responsabilidad social que hoy se espera de los emprendedores. Una mirada al término y sus beneficios.

17/02/2022

MSc. William Bello Sánchez

El proceso de incorporación de la empresa privada a la vida nacional ha estado marcado por períodos de desarrollo y contracción, bajo legislaciones limitantes y frenos administrativos. Ahora, a partir de discursos oficiales recientes, se vislumbra un escenario más conciliador y estimulante. En este contexto de apertura, de posibilidad para la creación de PYMES, de ampliación del trabajo por cuenta propia, es importante analizar alguno de los impactos que han tenido los trabajadores por cuenta propia (TCP) en el avance de la sociedad cubana de los últimos tiempos y cuanto pueden realizar desde el punto de vista social, económico y ambiental, bajo el criterio de responsabilidad social empresarial (RSE).

Muchos se ha mencionado en los últimos tiempos, tanto desde los medios de comunicación como directamente por parte de las autoridades del país, sobre las responsabilidades sociales que las nuevas formas de gestión económica deben tener para con la sociedad, el medio ambiente, la comunidad, etc. Pareciera que estamos ante un término del cual han estado desconectado nuestros emprendedores, pero no ha sido así. Hay que señalar que con este momento de legitimidad, mucho se pudiera hacer para profundizar una gestión socialmente responsable desde los negocios.

 

En 2020 fuimos testigos de cómo muchos emprendedores cubanos respondieron al reto de evitar la expansión del nuevo coronavirus, al poner su negocio a tono con las medidas que la situación demandaba.

Ejemplos que fueron recogidos por el Programa OASIS del Proyecto CubaEmprede en dos textos que ponemos a consideración

Emprendedores responsables, un jaque a la COVID-19. Iniciativas de apoyo social. Folleto I, La Habana.

Emprendedores responsables, un jaque a la COVID-19. Iniciativas de apoyo social. Folleto II, La Habana.

Esta actitud no representa una sorpresa, pues desde hace varios años los emprendedores han dado muestras de los valores sociales con los que se han desarrollado sus negocios. Lo habían demostrado antes, con su implicación en la recuperación de los desastres ocasionados por el huracán Irma, el tornado que azotó La Habana en enero de 2019 y cuando adoptaron las medidas pertinentes ante el brote de cólera, que también afectó a Cuba hace unos años.

 

En varios negocios privados, de manera empírica o consciente, se aplican y desarrollan los postulados de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), una práctica empresarial que en el Libro Verde (Comisión Europea, 2001) se define como integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y ambientales en sus operaciones comerciales y en sus relaciones con sus interlocutores.

Desde el Programa OASIS del Proyecto CubaEmprende hemos definido el siguiente concepto de RSE, basados en nuestra experiencia y la realidad cubana.

Desde una visión propia de la RSE, una premisa para su aplicación en los emprendimientos en Cuba

La caridad, la solidaridad, el voluntariado y el altruismo han acompañado a Cuba en su desarrollo como nación. Son los valores que se esperan de una sociedad que pretenda una gestión económica apegada a un compromiso social y ambiental. La responsabilidad social es parte de la idiosincrasia de los cubanos, sin que ello implique estar exonerados de retos por resolver a nivel social, legislativo, político y económico.

 

En la búsqueda de una visión propia de la RSE para los negocios privados en Cuba, cabe valorar varias alternativas para la promoción de prácticas responsables en el contexto empresarial cubano. Mirar hacia un grupo de referentes de la RSE es un paso indispensable en la búsqueda de aspectos que contribuyen a la construcción, conceptual y metodológica, de una propuesta sobre RSE para los emprendimientos cubanos. Ellos son:

•  Norma ISO 26 000 sobre Responsabilidad Social (ISO, 2010)

•  Libro Verde (Comisión Europea, 2001) (Comisión Europea, 2011)

•  Doctrina Social de la Iglesia Católica (Camacho, 1995)

•  Guía para la Elaboración de Memorias de Sostenibilidad de Global Reporting Initiative (GRI, 2020)

•  Indicadores Ethos para Negocios Sustentables y Responsables (Instituto Ethos, 2016)

•  Contexto socioeconómico cubano

 

El resultado ha permitido una visión holística de una gestión empresarial conectada con su tiempo y sus espacios, visión en la cual conviven varios criterios que dejan a un lado lo antagónico y se entienden, se complementan.

Ser práctico permite obtener resultados, pero para ello es necesario entender buenas prácticas y el conjunto de términos que orbita sobre las empresas que apuestan por una gestión con impactos positivos en sus diferentes entornos (interno y externo) y dimensiones (económica, social y ambiental), aunque sobre este último aspecto la norma ISO 26 000 despliega 5 dimensiones.

El debate fundamental sobre el compromiso social y ambiental de los negocios va en dirección de si se debe hablar de empresas sustentables, según el Instituto de Prosperidad Global (IGP) o de RSE según el Instituto de RSE Holanda (MVO Netherlands). Ambas posturas se mueven en una lógica que va de la academia a la práctica, pues aún hoy se hace más sencillo, cercano y generalizado para la empresa hablar de RSE.

 

Aun en medio de estas dos posturas, va siendo cada vez más frecuente, quizás por lo didáctico de su presentación para la compresión de los cambios que el planeta verdaderamente requiere, que las empresas se comprometan con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 (ODS)

Resultado del intercambio en 2019 de miembros del equipo del Programa Oasis con especialista del Instituto de Prosperidad Global (IGP) de la University College London, Reino Unido y de MVO Netherlands (RSE Holanda).

Durante 2021 desde el Programa Oasis se desarrolló todo una explicación gráfica -a través del espacio En Post de la RSE- cada uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030. También varios emprendedores dieron testimonio, mediante videos cortos, del desarrollo de algunos de los ODS en su negocio.

ODS 12: Producción y consumo responsables

ODS 10: Reducción de las desigualdades

Buenas prácticas. Escuela de Fotografía Creativa de La Habana

ODS - Hambre cero

ODS 3: Salud y bienestar

Experiencia de Marta Deus, fundadora de DEUS expertos contables y cofundadora de Mandao y Negolution.

ODS 8: Trabajo decente y crecimiento económico

ODS 5: Equidad de género

En el caso cubano la RSE, como se ha mencionado, es cuestión de idiosincrasia, ese deseo que nos caracteriza por ayudar al otro. Aun cuando para muchos el propósito fundamental de desarrollar la RSE en los negocios pueda ser eliminar vulnerabilidades, una encuesta realizada a más de 50 emprendedores muestra que es más probable aumentar los riesgos;  sin embargo, los valores terminan por marcar la decisión de muchos emprendedores de aplicar la responsabilidad social en Cuba, según investigaciones del autor.

Aunque esta cuestión propia de nuestra realidad no barra otra serie de mitos que deben superar los emprendedores que pretenden desarrollar una gestión socialmente responsable en su negocio. 

La RSE depende del emprendedor, en sus manos está la decisión de cómo llevar su empresa y es quien puede optar por una gestión más responsable. Los emprendedores cubanos han aprendido a llevar su negocio en poco tiempo, como resultado de la formación que nuestra sociedad ha sabido proveer, lo cual permite que las ideas y los conceptos puedan ser asimilados rápidamente. No es entonces osado ir a un concepto de RSE de vanguardia, aun cuando la RSE o el compromiso social y ambiental de las empresas demanden una mayor regulación y promoción legislativa, acorde a los esbozos de un modelo de desarrollo socialista, próspero y sostenible.

 

En ese sentido los beneficios pueden venir de la siguiente manera

 

•  Buenas prácticas ambientales como el reciclaje y la eficiencia en el uso de la energía se traducen en importantes ahorros.

•  Una empresa socialmente responsable implica menos riesgos y esta menos expuesta a la crítica del público, razón por la cual es mejor evaluada por los inversionista.

•  El involucramiento con la comunidad puede ayudar a diferenciar a la empresa de sus competidores y a incrementar la lealtad a la marca.

•  Contar con una política de remuneración y compensaciones, fondo de préstamos y capacitación para trabajadores y sus familiares, es muy bien valorada por la sociedad.

•  Los consumidores privilegian las marcas y las empresas que tiene buena reputación.

•  La imagen ética fortalece la capacidad de la empresa para reclutar a los mejores trabajadores y obtener el beneficio de la duda en tiempo de crisis.

•  Cuando se aplica políticas de salud y seguridad, disminuyen los costos por ausentismo y fluctuación del personal.

•  Empresas que tiene programas de conciliación de vida laboral y familiar disminuyen sus índices de ausentismos y elevan la retención del personal, lo que implica un ahorro en costos de contratación y de entrenamiento.

•  Las buenas remuneraciones y compensaciones son un atractivo para empleados de alta calificación y eleva la motivación, cuando estas se asocian a un programa de incentivo por desempeños en productividad y calidad.

•  En un estudio el 68% de los consumidores encuestados declaraban que “no tendrían problemas” con pagar un poco más por los productos vinculados a buenas causas.

•  Los trabajadores que creen trabajar en un ambiente ético, son seis veces más leales que los empleados que piensan que sus organizaciones no son éticos.

•  Un estudio indico que 9 de casa 10 trabajadores declaraban que la habilidad para balancear el trabajo con su vida personal era el factor clave para determinar su confianza hacia su empresa.

•  Las estrategias para conciliar trabajo y vida personal se ha convertido en aspectos muy atractivos y significativos especialmente entre profesionales, jóvenes y trabajadores especializados.

•  Un activo programa de involucramiento con la comunidad ayuda a construir una imagen positiva y sólida ante los consumidores, los trabajadores, la opinión pública, los inversionistas, el gobierno y los medios de comunicación.

•  El compromiso medio ambiental de algunas empresas ha estimulado a innovación dentro de sus propios procesos y entre sus proveedores, lo que ha conducido a prácticas más eficientes y a proveedores completamente nuevos.  

Veamos entonces 10 elementos clave sobre la responsabilidad social que hoy se espera de los emprendedores

1. Promueve e impulsa una cultura de competitividad responsable que busca las metas y el éxito del negocio, contribuyendo al mismo tiempo al bienestar de la sociedad.

2. Haz públicos sus valores, combate interna y externamente prácticas de corrupción y ten un desempeño con base en un código de ética.

3. Vive esquemas de liderazgo participativo, solidaridad, de servicio y respeto a los derechos humanos y a la dignidad humana.

4. Promueve condiciones laborales favorables para la calidad de vida, así como el desarrollo humano y profesional de toda su comunidad (empleados, familiares, accionistas y proveedores).

5. Respeta el entorno ecológico en todos y cada uno de sus procesos de operación y comercialización, además de contribuir a la preservación del medio ambiente.

6. Identifica las necesidades sociales del entorno en que opera y colabora en su solución, impulsando el desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida.

7. Identifica y apoya causas sociales como parte de su estrategia de acción empresarial.

8. Invierte tiempo, talento y recursos en el desarrollo de las comunidades en las que opera.

9.Participa, mediante alianzas intersectoriales con otras empresas, organizaciones de la sociedad civil, agrupaciones y/o gobierno, en la discusión, propuestas y atención de temas sociales de interés público.

10. Toma en cuenta e involucra a su personal, accionistas y proveedores en sus programas de inversión y desarrollo social.

 

Consideraciones finales

 

Llevar una gestión socialmente responsable de los emprendimientos privados ha sido un reto en el contexto cubano, pues, aún no se desdibujan los estigmas asociados a la empresa privada, al prevalecer para algunos una relación de explotador-explotado o aquellos que solo siguen las reglas del mercado. Pensar solo en ello sería desestimar el desarrollo de la humanidad, obviar la idiosincrasia de nuestro país. Muchos de los miembros de la comunidad emprendedora son profesionales, por ejemplo, médicos hasta ayer o hasta ahora, con salarios muy apretados para el costo de la vida, pero horarios extendidos voluntariamente para atender a sus pacientes. Esas mismas personas son parte de la comunidad emprendedora, con sus mismos valores, que no son exclusivos de un trabajo o institución.

 

El país vive momentos de transformaciones; varios emprendedores a cuenta y riesgo, desde los negocios privados o el trabajo por cuenta propia, han decido también transformar su rol social de manera responsable. Los emprendimientos responsables pudieran ser más y contribuir al desarrollo sustentable de la nación, pues concluimos que para muchos de ellos la RSE no pasa inadvertida.

 

 

 

Bibliografía

 

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