Retos, necesidad y beneficios de un negocio socialmente responsable

23/11/2016

MSC. William Bello Sánchez

Los negocios son organizaciones enfocadas en la obtención de beneficios económicos y, desde otra perspectiva, pueden valorarse por su capacidad de generar empleo, pero esto aún sería una visión reducida de la empresa. Las organizaciones no pueden divorciarse de su responsabilidad con los impactos que sus decisiones y actividades ocasionan en la sociedad y el medio ambiente. Para muchos, puede parecer en extremo complicado plantearse estos compromisos cuando hay que velar por la sobrevivencia del negocio, pero esta actitud también implica beneficios y algunos aspectos que hacen a un negocio responsable, hoy resultan de obligado cumplimiento.

Aunque en el panorama socio-económico actual son limitadas las obligaciones para adoptar posturas de responsabilidad, en el futuro seguramente serán mayores los aspectos a considerar por los emprendedores, por lo cual sería bueno que comenzaran a proyectar cómo pueden hacer que su negocio sea socialmente responsable.

La responsabilidad social empresarial es el compromiso ético que adopta una empresa o negocio con el objetivo de influir positivamente, sobre la sociedad y el medio ambiente, con una postura transparente, de habitual rendición de cuentas. Ello implica, en primer lugar, contrarrestar los impactos adversos que sus decisiones y actividades ocasionan, aunque se espera que esta actitud no solo quede en el ámbito de las respuestas sino se convierta en una postura proactiva. Los negocios adquieren compromisos tan disímiles como fomentar el desarrollo local y sostenible, el respeto al otro, el bienestar de la sociedad, hasta salvaguardar los derechos humanos, la legalidad y las normas internacionales. Consolidar como estrategia la responsabilidad social empresarial implica, sobre todo, que la organización entera esté inmersa en tales propósitos.

Los negocios que procuran criterios de responsabilidad deben para ello velar tanto por su entorno externo como interno. Hacia el interior de la organización debe mantener una adecuada conducta con sus directivos y trabajadores, así como un manejo responsable de los residuos y recursos naturales (materias primas, recursos energéticos, agua, etc.) En el entorno externo, es indispensable mantener buenas relaciones con proveedores, clientes, competidores, gobierno, organizaciones no gubernamentales, etc. 

El adoptar una postura de responsabilidad social implica como beneficios para el negocio el aumento de la reputación de la organización, la lealtad de los empleados y mayor confianza pública, a la vez que se genera innovación. Una actitud de compromiso con la mejora medio ambiental puede favorecer el ahorro asociado a la reducción de residuos y la recuperación de subproductos, aumentando la competitividad y las ganancias de la empresa, ello garantiza, de cara a la sociedad, la disminución de conflictos potenciales (desvalorización del producto, ruido, acumulación de desechos en áreas pobladas, etc.). 

La adopción de una postura de responsabilidad social determina que la empresa trabaje de forma organizada para lograr resultados en este sentido. Corresponde entonces precisar las materias que serán fundamentales para alcanzarlos. Siguiendo la norma ISO 26000, referente a la responsabilidad social empresarial, se establecen como materias fundamentales dirección de la organización, derechos humanos, prácticas laborales, medio ambiente, prácticas justas de operaciones, respeto a los consumidores y participación activa en el desarrollo de la comunidad.

Lograr que la responsabilidad social se integre a los negocios parte de que la empresa comprenda y aplique los principios que propone, sobre la base del reconocimiento por parte de la organización, de la importancia que ello representa. Resulta imprescindible identificar e involucrarse con las partes interesadas, así como llevar la responsabilidad social a todos los ámbitos o características de la organización. La responsabilidad social demanda de la organización una constante revisión y mejora de sus acciones o prácticas. Los resultados en materia de responsabilidad social requieren estar inmersos en las políticas de comunicación de la empresa, pues ello implica un importante aumento de la credibilidad de la organización.

Los emprendedores de negocios en Cuba deben ser conscientes del importante rol que hoy juegan en garantizar un empleo digno para muchos cubanos y es también una cuestión que aún tiene que interiorizar el gobierno, favoreciendo el desarrollo y apoyo al sector. La responsabilidad también demanda que los trabajadores reciban un sueldo justo y en ello, aun sin que abarque la generalidad de los negocios, el sector no estatal lleva ventaja. Las principales limitantes están en la organización de los trabajadores a nivel sindical, u otra forma de asociación, que le permitan velar por sus derechos y emplazar a los propietarios de negocios, socios y presidentes de cooperativas a rendir cuentas sobre sus actos de cara a los empleados. En este aspecto no solo los trabajadores ven limitadas las posibilidades de defender sus intereses, también los propietarios se encuentran a merced de circunstancias de diferentes naturalezas que atentan contra una postura responsable* y, ante ello, no existe la organización suficiente que les permita anteponerse y procurar un cambio que favorezca la responsabilidad social de los negocios.

Las posturas de responsabilidad constituyen una de las estrategias excelentes para favorecer el crecimiento, desarrollo y posicionamiento de los negocios. En este sentido, el emprendimiento en Cuba puede también tomar parte de estas estrategias, si bien no es algo que este favorecido por la legislación actual, los fundamentos de la responsabilidad social empresarial pueden promover el éxito y desarrollo de muchos negocios. En general, abordar desde la responsabilidad social la relación del emprendimiento con los proveedores, trabajadores, clientes o consumidores y el entorno del negocio, resulta aprovechable desde todo punto de vista en el contexto nacional.

El mantener relaciones apropiadas con los trabajadores (salarios justos, oído a sus demandas y conocimiento de las decisiones del negocio) fomenta un provechoso clima laboral, lo que se traduce en integración, sentido de pertenencia, creatividad y eficiencia. Si bien muchos negocios se ven obligados a pagar salarios que no cubren todas la necesidades de sus trabajadores, deben procurar que sea lo justo, en relación a los ingresos que el emprendimiento recibe, poniendo además a los empleados al corriente de las decisiones importantes.

Clientes y proveedores deben ser llevados al plano de una relación de lealtad con el negocio, lo cual garantiza su mejor funcionamiento. Seguir criterios de responsabilidad social puede propiciar esta relación, máxime cuando una de los problemas del emprendimiento actualmente es lograr estabilizar una fuente de materias primas confiable y sostenible en el tiempo. Por otra parte, el auge de nuevos negocios, aunque no puede compararse con otras regiones de economía de mercado, ha exacerbado la competencias y con ello el espectro de opciones para los clientes ha aumentado, haciendo que sea más importante un enfoque al cliente, respetando sus derechos y velando por la calidad del producto o servicio.

El entorno de los negocios, que incluye el medio ambiente y la comunidad en particular, resulta un importante ámbito, donde el negocio puede incidir favorablemente. Los negocios hoy deben percatarse que la responsabilidad ambiental y el apoyo social generan resultados filantrópicos, que se traducen en prestigio y posicionamiento, pero también traen beneficios materiales y eficiencia, en la medida en que se reutilicen los residuos productivos, se optimice el uso de agua y la energía, etc. En otro sentido, fomentar el desarrollo local o favorecer nuevos emprendimientos potencia el aumento de motivos para la atracción de clientes o consumidores, con lo cual el negocio también se beneficia. Como complemento, implicarse con el cuidado ambiental, la capacitación, el apoyo a grupos vulnerables (ancianos, desempleados, madres solteras, etc.), el desarrollo local, etc. permite al emprendimiento mejorar sus relaciones con diferentes instituciones y entidades gubernamentales, a diferentes escalas. Resulta entonces, que la responsabilidad desde el compromiso ambiental, comunitario y con el desarrollo, es una apuesta ganadora para los negocios, pero por sobre todo, un puntal importante de prestigio y posicionamiento.

Procurar un compromiso social forma parte importante de la conformación de la empresa moderna y un número importante de ellas lo materializan como estrategia. La participación activa en la conservación del medio ambiente y en el desarrollo de la comunidad es esencial en el prestigio de los negocios. Aunque todavía Cuba en su legislación tributaria no favorece a quienes adopten tales posturas, es gratificante para los emprendedores que adopten estas estrategias saber que ser socialmente responsables los hace mejores ciudadanos y que las experiencias actuales demuestran un aumento de las beneficios.

Nota:

*La inexistencia de un mercado mayorista desestima los precios accesibles por el elevado valor del producto en mercados minoristas y la compra a terceros limita la posibilidad de establecer una trazabilidad de la materia prima. Los gastos deducibles para la declaración anual de ingresos personales son limitados y en ningún caso o porciento contempla la labor que el emprendedor desarrolla en bien de la sociedad, a lo que se suma el alto valor las tasas de impuesto.

Bibliografía

  • ISO 26 000,
  • ISO Guía 64, Guía para tratar las cuestiones ambientales en normas de producto
  • McGregor, Douglas (1981). El lado humano de la empresa, en Conceptos de comportamiento administrativo, México, Ediciones contables y administrativas.
  • Organización de las Naciones Unidas (ONU): Declaración Universal de Derechos Humanos, 1948
  • Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): Recomendación de la OCDE sobre Resolución de Disputas y Resarcimiento a Consumidores, 2007
  • Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): Directrices de la OCDE para la Protección de los Consumidores en el Contexto del Comercio Electrónico, 1999
  • Organización Internacional del Trabajo (OIT): R102 Recomendación sobre los servicios sociales, 1956
  • Organización Internacional del Trabajo (OIT): C158 Convenio sobre la terminación de la relación de trabajo, 1982
  • Organización Internacional del Trabajo (OIT): C102 Convenio sobre la seguridad social (norma mínima), 1952. (Parte VIII, Artículos 46-52)
  • Schein, E., (1982). Psicología de la organización, México, Prentice Hall.
  • Simon, Herbert A. (1978). El comportamiento administrativo. Buenos Aires, Argentina, Editorial Aguilar.

Para hacer un comentario debe estar logueado.